31 de octubre de 2011

Asociación Santafesina de Cultivadores de Bonsai

Paciencia y amor por las plantas parecen ser las claves de quienes se internan en el cultivo de bonsai, una práctica que tiene entusiastas seguidores en Santa Fe, cuyos resultados serán mostrados en el marco de la Expo Jardín que se anuncia para los primeros días de noviembre.
TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTOS. GUILLERMO DI SALVATORE.

“Una obra de arte, una filosofía de vida, una técnica de cultivo”. Cada uno de los integrantes de la Asociación Santafesina de Cultivadores de Bonsai podrá dar su propia definición de lo que significa esta práctica, que tiene a la paciencia como principal aliada, y al entusiasmo, la perseverancia y el amor profundo hacia las plantas como motores.
El material de difusión que la entidad entrega a quienes se acercan a la sede de General López 3356 de esta ciudad indica que “un bonsai es un árbol o arbusto que se cultiva en un recipiente y se asemeja al de tamaño natural”. Para los japoneses “constituye un verdadero legado”, aportan los socios que se reúnen cada sábado de 10 a 12 para intercambiar información, secretos y plantas, y para dictar, periódicamente los cursos básicos. El próximo comenzará en abril.
Traducido literalmente, “bonsai significa: bon, bandeja o cuenco, y sai, árbol o planta, o sea, árbol plantado en un cuenco”. Lo cierto es que para el observador neófito, la forma que alcanzan estos especímenes causa admiración, y para quienes lo hacen posible demanda años de espera y aprendizaje. Porque en esta técnica “nunca se habla de meses, sino de años”. Tantos como 15 si se comienza a desarrollar un árbol desde la semilla o algunos menos si se inicia por un gajo, explican a Nosotros.

DISTINTAS MOTIVACIONES, EL MISMO COMPROMISO
La asociación cuenta con 35 socios, hombres y mujeres de todas las edades, incluídos jóvenes. Provienen de distintas disciplinas -hay médicos, docentes, amas de casa, ingenieros...- que convergen en el interés por las plantas, y en el desafío y la satisfacción que involucra ser partícipe del desarrollo de un ser vivo.
Pero además comparten un sentido de pertenencia que se profundiza en cada intercambio de datos, en el cuidado de las plantas propias pero también las ajenas, y en los viajes para participar de cursos y exposiciones, en los que muestran y observan para sumar a una capacitación que es permanente y que se nutre también de libros, publicaciones y paginas web.
Cada uno se inició en esta técnica por distinta motivación: María Teresa de Dall’Armellina -presidenta honoraria- cuenta que hace varios años, por cuestiones particulares, se fue a vivir a Buenos Aires y allí, en su tiempo libre, comenzó a hacer cursos en el Jardín Botánico; de todos, el que más le interesó fue el de bonsai. Años después llegaría la primera exposición, junto a otros aficionados, en la Escuela Mantovani y, más tarde, el origen de la asociación. Hoy, más de dos décadas después, asegura -como sus pares- que con las plantas se puede lograr un vínculo afectivo, que hasta llega a agradecerles que hayan logrado un desarrollo que tienen y que cuando logra flores y frutos en sus árboles siente una alegría difícil de expresar en palabras. En este punto, cabe aclarar que ambos, flores y frutos, son del tamaño de una planta en la naturaleza, mientras que la talla general del árbol y las hojas son las que se achican.
Algunas cuestiones merecen ser destacadas: las plantas cultivadas con esta técnica demandan los mismos cuidados básicos que cualquier otra, es decir luz, suelo apropiado y el riego que convenga según al especie. Pero además, quienes la practican rechazan el prejuicio de que maltratan a los árboles “cuando en realidad les dispensamos más cuidado que el que habitualmente reciben aquellos que están en la tierra”.
Además de desplegar todo el arte necesario en procura de darle a la planta la forma que se pretende, de reconocer que entre las plantas autóctonas la que más dificultades ofrece es el ceibo -que no tolera las podas- y que las coníferas constituyen una suerte de nivel avanzado en quienes incursionan en esta técnica, afirman que “el bonsai es un pasatiempo que produce gran placer” y que es “uno de los bellos contactos que el hombre puede tener con la naturaleza”.


EXPO JARDÍN 2011
El Instituto Sol y la Asociación Amigos del Jardín (Amija) organizan la exposición de jardinería, paisajismo y actividades afines, que se realizará los días 5 y 6 de noviembre en nuestra ciudad, con entrada libre y gratuita.
El encuentro, que fue declarado de interés por el Ministerio de la Producción, por la Municipalidad y la Cámara de Diputados de la provincia, contará con la presencia de la Asociación Orquideófila Santafesina y la Asociación Cultivadores de Bonsai, además de viveristas, florerías y paisajistas de la zona. Habrá diez espacios cerrados destinados a los expositores, en tanto que se realizarán charlas a cargo de especialistas en las distintas temáticas.

LA SEDE
La Asociación Santafesina de Cultivadores de Bonsai se reúne los sábados de 10 a 12 en la sede de General López 3356 de nuestra ciudad, tel.(0342) 4554881/ 4554332/4742889.

CURSOS
Para quienes desean iniciarse en este arte, la entidad organiza cursos de iniciación al bonsai, los sábados de 9 a 11. El próximo se iniciará en abril de 2012.

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