13 de agosto de 2007

DEFOLIADO - 1º Parte

¿En que consiste el defoliado? Pues en la eliminación de las hojas de un árbol. Se pueden quitar todas las hojas, a lo que llamaríamos defoliado total, o solamente una determinada cantidad de ellas, denominado defoliado parcial.

¿Que especies se defolian?
Pues una buena parte de las caducifolias, algunas perennifolias.

¿Cómo se defolia? Pues el proceso mecánico es bien simple, se corta el pecíolo de la hoja con una tijera, o una pinza de defoliar en las especies de pecíolo largo. En las especies de pecíolo corto, en teoría, se arranca la hoja con los dedos.

¿Cuándo se defolia? En el caso de las caducifolias, cuando la primera brotación, es decir, las hojas nacidas esta temporada y que vamos a eliminar estén lo suficientemente maduras, lo cual significa a grandes rasgos, que les ha dado tiempo a “crear” la yema que tras el defoliado se convertirá en una nueva brotación. En las perennifolias, pues me pongo en un compromiso, pues en este caso depende mucho de la especie, nivel de maduración de hojas, salud del árbol, etc., pero pongamos que bastante avanzada la primavera o principios de verano. No olvidemos que la insolación es un buen aliado para la defoliación.

¿Porque se defolia? En la mayor parte de las publicaciones se habla fundamentalmente del defoliado como una técnica para reducir el tamaño de las hojas. Cierto, la defoliación de un árbol puede provocar el nacimiento de hojas más pequeñas si se realiza correctamente. Pero atención, también podemos conseguir justo el efecto contrario si no lo hacemos bien. Aquí se empieza a complicar el asunto. Vamos a hacer un repaso sobre algunos motivos por los que defoliamos un árbol.

El defoliado más básico que podemos realizar es la eliminación de aquellas hojas excesivamente grandes o que se salen o alteran la silueta de nuestro árbol, o que por la razón que sea se encuentren dañadas. Podríamos definir este caso como un defoliado parcial “estético”. El numero de hojas a eliminar no debería de ser excesivo y si el árbol está sano no va a suponer ningún trastorno grave para él.

Otro motivo estético para defoliar seria conseguir una coloración otoñal más intensa. Las hojas de los caducifolios tienen su ciclo de nacimiento, maduración y muerte, y se van deteriorando a medida que avanzan las estaciones. La intensidad de color otoñal, no es la misma en una hoja vigorosa que en una que está terminando su ciclo vegetativo. Es por esto que algunos aficionados defolian sus árboles en previsión de una mejor coloración en las exposiciones de Otoño, o simplemente porque a ellos les gusta hacerlo para su disfrute personal.

Tenemos un problema en pleno periodo vegetativo y nos resulta imprescindible trasplantar el árbol. Pues como es una urgencia, cualquier cosa que hagamos para ayudar a la recuperación del árbol seguro que nos lo agradece, y en este caso defoliar puede ser una opción aconsejable. Este es un tema delicado de tratar, porque como esto no es una ciencia exacta, puede que si y puede que no, así que antes de hacerlo pensando que es mano de santo informaros bien. Y ya de paso, esto me recuerda que podría haber alguien que utilice el defoliado para trasplantar fuera de época. Ni bien ni mal sino todo lo contrario, cada cosa tiene su época propicia y su razón de ser, así que mejor no tentar a la suerte.

Equilibrar el vigor del árbol. Por todos es sabido que no todas las zonas de un árbol se desarrollan de igual forma. Hay especies en que las ramas bajas son más vigorosas que las altas y al contrario. También podemos decir que los brotes de las puntas de las ramas son más vigorosos que los brotes interiores, debido a las propias características del árbol, y también por una menor insolación y aireación. Bien, pues el defoliado nos puede servir para equilibrar esas diferencias de vigor.

En el caso que necesitemos fortalecer una zona determinada del árbol, debemos defoliar las zonas más fuertes para de ese modo ayudar a que esas zonas débiles adquieran vigor. También puede ocurrir, que sencillamente siendo el vigor del árbol el deseado, tengamos zonas excesivamente vigorosas siendo necesario frenar un poco las zonas con exceso de crecimiento, las cuales defoliaremos.

Reducir el tamaño de las hojas. Pues eso, que mediante la defoliación podemos conseguir la reducción del tamaño de las hojas. No todas las especies reducen el tamaño de la hoja en la misma proporción, ni todas son susceptibles de ser defoliadas, así que no esperéis tampoco pasar de hojas tamaño folio a cuartilla simplemente por defoliar. Indicar aquí que no es la única técnica para conseguir reducir el tamaño de las hojas, y que si no va acompañada de otras técnicas, es muy probable que no se consigan los objetivos perseguidos.

Aumentar la ramificación. Como podéis deducir, al defoliar un árbol conseguimos que brote dos veces (o tres, o cuatro) en un año, como si hubiese pasado por varios inviernos. Esto lógicamente multiplica el numero de ramas nacidas en una temporada, lo cual significa que el trabajo de ramificación de dos o más años lo podemos conseguir en uno solo. Además, esa ramificación también produce un “envejecimiento” más acelerado del árbol.

Autor: JJMA

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