EL RIEGO
El exceso de riego elimina el aire contenido en los espacios entre las partículas del suelo y ahoga las raíces. También genera condiciones para que se desarrollen diversos tipos de hongos que pudren las raíces. Pero por otro lado, un bonsai puede morir de sed en sólo veinticuatro horas, por lo que es necesario evitar que el suelo se seque completamente.
Generalmente el mejor método es regar uniformemente la superficie del suelo, con una regadera fina o un pulverizador, hasta que el agua salga por los agujeros de drenaje. Espere unos tres o cuatros minutos y repita. Esto asegura un remojado completo del suelo y es suficiente hasta para un día de verano.
Procure evitar regar los árboles que no lo necesiten, teniendo en cuenta que hay veces que la superficie está seca por la acción del viento, y en el interior la tierra esta muy húmeda.
El mejor momento para el riego es a principio de la noche. Esto proporciona al árbol mucho tiempo para absorber antes de la mañana. Si lo hace a la mañana, el árbol no tiene mucha oportunidad de refrescarse antes del calor del día. Otra de las ventajas del riego nocturno es que puede rociar las hojas sin el riesgo de que sean quemadas por el sol. Todo bonsai agradece una duchita diaria.
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